jueves, 11 de febrero de 2016

#Cuba: Comunidad de inteligencia presenta al Senado informes sobre amenazas globales a #EEUU

John Brennan, Agencia Central de Inteligencia
John Brennan, Agencia Central de Inteligencia (CIA)


Razones de Cuba / El 9 de febrero de 2016, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) y la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) presentaron sus informes anuales de Amenazas Globales, en una audiencia ante el Comité de Servicios Armados del Senado, en la que participaron los directores de la ODNI, James Clapper; de la DIA, Vincent Stewart; y de la CIA, John Brennan.

El documento de la ODNI incluye a Cuba e Irán entre las cuatro naciones que representan mayores desafíos de contrainteligencia para Washington, aunque a “menor escala” que Rusia y China. A su vez, plantea que los servicios de inteligencia y seguridad cubanos e iraníes continúan viendo a los estadounidenses como una amenaza principal. En el acápite de Amenazas Regionales también aparece Cuba, junto a Centroamérica, Venezuela y Brasil. El párrafo que se dedica a la mayor de las Antillas expresa: “Los líderes cubanos seguirán concentrados en preservar el control político,
mientras se preparan para una probable transición presidencial en 2018. Las reformas económicas para reducir el papel estatal en la economía y promover la actividad económica privada continuarán a un paso lento, en parte por la probable resistencia de altos líderes y funcionarios gubernamentales preocupados de que los cambios rápidos generen descontento popular. Los niveles de vida se mantendrán bajos. Estas tendencias, junto a los temores en la población cubana de que EE.UU. derogará la Ley de Ajuste Cubano de 1966, sostienen la creciente migración de cubanos indocumentados. La migración es particularmente aguda en la frontera suroeste de EE.UU., por donde 31 000 cubanos cruzaron en el año fiscal 2015, un 76% más que el año anterior”.

El informe de la DIA plantea que “Rusia continúa involucrándose con Cuba, Nicaragua y Venezuela, y probablemente quiera acceso de las fuerzas militares rusas a puertos y aeropuertos en estos países”. Más adelante, expresa que “Cuba sigue siendo una amenaza crítica de contrainteligencia”.
Durante el intercambio con los legisladores no se produjeron menciones a Cuba, fuera de los discursos preparados por Clapper y Stewart. Tampoco se registran hasta este instante declaraciones de ninguno de los tres senadores de origen cubano, quienes al parecer no estaban presentes.

Informe ODNI: Al igual que en los últimos años, la ODNI identifica a la ciberguerra como la principal amenaza global, seguido del terrorismo, la proliferación de armas de destrucción masiva, la lucha por el dominio espacial, el espionaje y los crímenes transnacionales. Otros desafíos mundiales incluyen las dificultades asociadas a la economía y los recursos naturales, así como la inseguridad humana.

En otro orden, plantea que los extremistas violentos operan en cerca de 40 países, de los cuales siete han experimentado un colapso gubernamental y en 14 los regímenes están bajo amenaza. Además, otras 59 naciones, que no identifica, estarán bajo un significativo riesgo de inestabilidad durante 2016. Asimismo, avizora que el clima extremo, el cambio climático, la degradación ambiental, la creciente demanda de aguas y comida, las malas decisiones políticas y la inadecuada infraestructura, magnificarán la inestabilidad global. Por otro lado, las enfermedades infecciosas, como el Zika, y las vulnerabilidades en la cadena de suministro de contramedidas médicas, seguirán representando desafíos.

En materia de ciberseguridad, menciona a Rusia y China como las naciones con los programas más sofisticados, mientras Irán y Corea del Norte continúan realizando ciberespionaje en la medida que mejoran sus capacidades. Refiere que los actores no estatales también representan amenazas, entre los que señala al Estado Islámico (EI), que aprovecha el ciberespacio para el reclutamiento, la propaganda y la extorsión, así como para robar y difundir información sensible sobre el personal militar de EE.UU.

En cuanto al terrorismo, la ODNI afirma que, de 2012 a la fecha, al menos     38 200 combatientes extranjeros, incluyendo a 6 900 de países occidentales, han viajado a Siria desde 120 naciones. Menciona los atentados en París, como evidencia del oficio y las tácticas sofisticadas que emplean los mercenarios que retornan a sus tierras. Asimismo, identifica a Irán como “el principal estado patrocinador del terrorismo”.

Como ejemplos de actos terroristas en EE.UU., cita las masacres el año pasado en las ciudades de Chattanooga, Tennessee, y San Bernandino, California, orquestadas por extremistas estadounidenses. Informa que, en 2014, el FBI arrestó a nueve seguidores del EI, cifra que creció más de cinco veces en 2015.
En cuanto a las armas de destrucción masiva, plantea que la RPD de Corea sigue realizando pruebas que preocupan a EE.UU., como el reciente lanzamiento de un satélite y la llamada “bomba de hidrógeno”. Añade que Rusia, pese a sus desafíos económicos, continúa un agresivo programa de modernización militar; mientras que China se mantiene actualizando su fuerza de misiles nucleares, aunque aboga por la doctrina de “no usarlas primero”. Afirma que las armas químicas continúan amenazando a Siria e Irak. Asegura que Damasco las ha utilizado en “múltiples ocasiones” y el EI también ha recurrido a ellas en los dos países.

En el ámbito espacial, la ODNI señala a China y Rusia, entre las 80 naciones que están involucradas en este tema. Plantea que ambos países han entendido cómo el ejército de EE.UU. se apoya en el espacio para combatir, y están desarrollando sistemas antisatelitales de destrucción e interferencia.
En materia de crímenes transnacionales, describe que la confiscación de heroína en la frontera suroeste de EE.UU. se ha duplicado desde 2010, mientras que más de 10 000 personas en el país murieron por sobredosis en 2014. Agrega que la producción de cocaína en Colombia, donde surge el mayor suministro hacia EE.UU., se ha incrementado significativamente.

Informe DIA: Considera que los desafíos para la seguridad en el Medio Oriente se han multiplicado repetidamente desde 2011, mientras las naciones se enfrentan simultáneamente a varias amenazas. En Siria, aprecia que es improbable que el gobierno sea derrotado militarmente o que colapse en el corto plazo. Agrega que Damasco entró a 2016 con una posición militar más fuerte gracias al apoyo sus aliados claves: Irán, Hezbolá y Rusia. Añade que el involucramiento militar ruso probablemente contribuya también a que las autoridades sirias retomen territorios de alta prioridad.

En otro orden, plantea que los grupos de la dividida oposición continúan combatiendo entre sí y contra el gobierno, mientras el Frente Al Nusra (rama de Al Qaeda) y el EI se aprovechan de las fuerzas opositoras “más moderadas”. Subraya que, en este escenario, varías de las células antigubernamentales pudieran terminar cooperando o integrándose a los terroristas para sobrevivir a la ofensiva del Ejército sirio. Considera también poco probable que los kurdos logren despojar al EI el control de Raqqa, su autoproclamada capital.

En cuanto a Irán, la DIA plantea que sigue siendo una “amenaza para la estabilidad regional”. Plantea que sus prioridades de seguridad nacional incluyen asegurar la supervivencia del gobierno, mediante la expansión de su influencia en la región, el perfeccionamiento de sus capacidades militares y la postura de disuasión; y no pronostica que estas cambien en 2016.

Respecto a Rusia, identifica como sus objetivos estratégicos: “el reconocimiento como gran potencia, la dominación de estados regionales más pequeños y la persuasión a la OTAN”. Plantea que la “agresiva persecución de sus metas incluyen el involucramiento en Ucrania y Siria, así como las capacidades militares en el Ártico”. Para este año, la DIA pronostica continuidad en los ejercicios bélicos “agresivos” y los despliegues fuera de su territorio que “en ocasiones son provocativos”.

Con relación a China, plantea que está ejecutando su programa de modernización militar, diseñado para mejorar sus capacidades en conflictos regionales de corta duración y alta intensidad. Afirma que la preparación para una contingencia con Taiwán sigue siendo el objetivo principal, aunque ha incrementado los preparativos para otros combates en los Mares del Este y Sur de China.

En otro orden, la DIA continúa considerando a la RPD de Corea como un desafío de seguridad crítico, pues pese a las carencias y dificultades sigue mejorando sus capacidades para lanzar ataques rápidos de pequeña escala contra Corea del Sur, mientras se mantiene violando las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

En materia de ciberseguridad, persiste la preocupación con Rusia y China, que “buscan aprovechar sus conocimientos sobre las redes, los sistemas y el personal del Departamento de Defensa de EE.UU.”. Asimismo, cita a Irán y la RPD de Corea como amenazas significativas, por sus capacidades para realizar ciberataques a modo de respuesta asimétrica.

En cuanto a los desafíos de contrainteligencia, la DIA plantea que la obtención de información sobre la Base Industrial de Defensa erosiona las ventajas tecnológicas y militares de EE.UU., mientras que los agentes internos que revelan información sensible siguen constituyendo una amenaza trascendental.

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