Por Arthur González
En sus declaraciones en la Habana el pasado 23.03.2016, el presidente
de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó sin el menor sonrojo que los
cambios en Cuba dependerán del pueblo cubano y que el gobierno
estadounidense no iba a imponerle un sistema económico o político; nada
más lejos de la verdad.
Desde antes del triunfo revolucionario de 1959, Estados Unidos
trabajaba intensamente para evitarlo, y así consta en el acta de la
última reunión del Consejo Nacional de Seguridad celebrada en diciembre
de 1958.
Unos meses más tarde, en abril del 59, la embajada yanqui en La
Habana elaboraba un plan titulado “Crecimiento del comunismo en Cuba”,
publicado en el volumen VI, Cuba, 1958-1959 del libro Foreign Relations
of United States, con el número 278 de esa compilación, páginas 458-466,
en el cual se proponen 16 medidas para evitar la influencia del Partido
Comunista en el nuevo gobierno.
En el mes de diciembre del propio 1959, J.C. King, Jefe de la
División del Hemisferio Occidental de la CIA, elevó una propuesta al
director general, Allen Dulles, en la cual solicitaba la aprobación de
algunas acciones, entre ellas:
“Alentar a grupos opositores a favor de Estados Unidos”, y “darle una cuidadosa atención a la eliminación de Fidel Castro”.
Esa obsesión está presente en todas las administraciones y la de
Obama no ha sido una excepción. Desde que ocupó la presidencia aprueba
20 millones de dólares anuales para programas subversivos, con la
finalidad de desmontar el socialismo cubano.
La USAID y el Fondo Nacional para el Democracia (NED), son entidades
que tienen un fuerte peso en las actividades subversivas contra Cuba,
sin descontar el Instituto Demócrata Internacional, el Instituto
Republicano Internacional, la Universidad Internacional de la Florida,
Freedom House y el Center for a Free Cuba.
Otras instituciones enfocan su trabajo a materializar los objetivos
del Gobierno, y en 2012 durante una reunión de la Heritage Foundation,
del 2012, se acordó proponerle al Presidente Obama:
• Aumentar el apoyo a la contrarrevolución interna con la entrega de teléfonos inteligentes.
• Que empresas de tecnología y ONG con experiencias en Cuba, apoyen
con tecnologías a los periodistas independientes, para lograr acciones
similares a las del Medio Oriente.
• Explorar sistemas superiores de Wifi para dar acceso a Internet a zonas cubanas densamente pobladas.
• Ampliar el acceso a Internet que brinda la SINA y presionar a los
aliados para que hagan lo mismo desde sus embajadas en la Habana.
• Crear programas que generen el rechazo internacional sobre Cuba por censurar el acceso libre a Internet.
• Oponerse a que la ONU sirva como espacio para la condena de Internet como medio para la influencia.
• Incrementar el esfuerzo del Gobierno de Obama para conseguir la libertad de información al pueblo cubano.
El 13 de junio del 2013 el Departamento de Estado anunció la
propuesta de varios proyectos para promover la Democracia y los Derechos
Humanos en Cuba, entre ellos:
• Derechos Laborales: para ayudar a los ciudadanos cubanos a promover
la comprensión, respeto y cumplimiento de las normas internacionales
del trabajo.
• Herramientas Digitales: para que sean utilizadas de forma selectiva
y segura por la población civil cubana, junto con otra iniciativa para
el fomento de igualdad y defensa de las redes sociales de afrocubanos.
Según informó la Oficina de Derechos Humanos del Departamento de
Estado, las asignaciones financieras para esos proyectos serían:
• 1 millón 500 mil dólares para el periodismo independiente.
• 850 mil dólares para herramientas digitales.
• 750 mil dólares para los derechos laborales.
• 500 mil dólares para la igualdad y defensa de la población negra cubana.
El 10.07.2013 Washington sancionó otro plan para la USAID, por un
monto de 6 millones de dólares por tres años, con el propósito de
“fortalecer la capacidad humana en la isla y brindar oportunidades a los
líderes a fin de aprender habilidades técnicas y recibir experiencia en
una serie de campos importantes para el desarrollo de la democracia y
la sociedad civil”.
Tal medida aprovechaba las flexibilidades de la nueva Ley Migratoria
cubana, para preparar en el exterior a la contrarrevolución.
Entre el 2009 y 2013, la Sección de Interés de EE.UU. en Cuba,
dirigió su accionar subversivo a promover debates sobre la situación
racial en Cuba, mediante tele conferencias, cine-debates y actividades.
Mezcló a miembros de varios grupos contrarrevolucionarios implicados en
ese tema, para intentar una unidad de acción entre ellos y en el propio
año 2013, Obama aprobó medio millón de dólares para el tema racial en
Cuba.
En el 2014 el Miami Dade College, a través de la Fundación Nacional
Cubano Americana, ofertó becas para 17 familiares de
contrarrevolucionarios cubanos y en abril del 2015 la organización World
Learning Inc., con sede en Washington, abrió una nueva convocatoria de
un “Programa de Liderazgo de Verano”, para jóvenes cubanos de 16 a 18
años, durante cuatro semanas en Estados Unidos, al que asistieron 30
cubanos.
El pasado 25 de marzo 2015 Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado,
informó que el Presidente solicitó al Congreso 2 mil millones de
dólares para Latinoamérica y de esa suma 53,5 millones se destinarán
para la Iniciativa Regional de Seguridad, (CBSI), y una buena cantidad
será empleada en programas de promoción de “la libertad de prensa y los
derechos humanos” en Cuba, Venezuela, Ecuador, Nicaragua.
La Organización checa People in Need, convocó en diciembre del 2015 a
personas o grupos con proyectos sociales en Cuba, para que propuestas
de proyectos enmarcados en temáticas cívico-sociales, ecología y
protección al medio ambiente o periodismo en Cuba, enfocados en
pensamientos críticos con la participación ciudadana en la Isla.
Para ello cuentan con mil ochocientos dólares, siempre que estos no
excedan los seis meses de duración, iniciando sus acciones el
01.02.2016.
A solo 72 horas de culminar la visita oficial de Obama a la Isla, el
Departamento de Estado informó un programa de orientación de prácticas
comunitarias, respaldado con 753 mil 89 dólares, para jóvenes líderes
emergentes de la llamada sociedad civil de Cuba.
Todo esto “sin que Estados Unidos desee imponerle cambios a Cuba y un
sistema económico o político no socialista”, pues si realmente tuvieran
esa intensión nadie pudiera calcular los miles de billones dólares que
se gastarían.
La actual guerra es muy diferente a la empleada con actos terroristas
e invasiones, es más sutil y peligrosa, y los cubanos deberán estar
conscientes y preparados para enfrentarla desde adentro, con la
presencia de miles de norteamericanos trasladando sus valores y símbolos
por las calles de la isla.
Preciso fue José Martí cuando afirmó:
“Al enemigo no se le puede vencer si no se tienen las mismas
cualidades que él tiene o más…” “Esta no es solo la revolución de la
cólera, es la revolución de las reflexiones”.
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